La actividad física como herramienta para la rehabilitación cardíaca
- La encargada del programa cardiovascular del Hospital de Pichilemu, Valeria Alandia, aclara que es importante contar con una evaluación y supervisión médica durante el proceso.
Pichilemu, 10 de mayo de 2023.- Una vez padecida una enfermedad cardíaca, la rehabilitación por medio de la actividad física, siempre bajo la supervisión y apoyo de profesionales de la salud, es una opción cada vez más recomendada por la medicina, evidenciando una mejora en la salud cardiovascular y la calidad de vida del paciente.
La médica, encargada del programa cardiovascular del Hospital de Pichilemu, Valeria Alandia, explica que “para las personas que han sufrido un infarto, lo principal es que exista una evaluación médica antes, porque pueden haber quedado con secuelas de distinto nivel, una persona que tuvo un infarto pequeño, que se intervino rápido, puede que quede con un corazón casi con una cicatriz chiquitita, casi sano en el que después, puede subir escaleras sin problemas, pude caminar, en el fondo puede hacer sus actividades sin sentir que se ahoga o que tiene dolor de pecho a ello se les puede recomendar una actividad física normal”.
“En cambio, si una persona que tuvo un infarto, persiste con el dolor de pecho recurrente, una persona por ejemplo que sube una escalera y se le aprieta el pecho, eso quiere decir que la persona sigue teniendo consecuencias del infarto o que hay arterias de su corazón que siguen un poquito tapadas y en esas personas no es recomendable que hagan un ejercicio vigoroso, sino que primero hay que intervenir ese problema al corazón, pedir una hora médica, hacer las derivaciones pertinentes a cardiología y hacer la intervención a todo nivel: mejorar la alimentación, tener una terapia de medicamentos adecuada y mantenerse activo en el sentido de hacer las actividades básicas como moverse o caminar”, complementa la profesional.
Asimismo, la doctora aclara que “la arritmia también es un tema porque existen distintos tipos de arritmia distintos, entonces también es lo mismo que para el infarto, es ideal el tener una evaluación médica, porque hay una persona que tiene una arritmia por ejemplo una fibrilación auricular, que es la más frecuente, hay personas que tienen esta afección y que están con tratamiento anticoagulante y con un buen control, y posterior a una evaluación médica, pueden hacer una actividad física leve a moderada siempre que esta no produzca algún dolor de pecho o dificultad para respirar, se recomienda hacer y mantener una vida activa”.
Eso sí, la encargada del programa cardiovascular del Hospital de Pichilemu es enfática en advertir que “sin tener una evaluación médica adecuada, no se recomendaría el ponerse a trotar en una maratón y siempre ajustado a como la persona se siente, si puedo subir una escalera y me siento perfecto, hago mis actividades sin ningún problema. De ahí en adelante uno puede ir probando, hasta qué punto tolero y si llega a haber una actividad que me genere dolor de pecho o dificultad para respirar obviamente ya es como un punto para detenerse”.