Al igual que el resto de la población usted, como trabajador/a de salud, está siendo sometida a un fuerte estrés después del incendio. Para poder apoyar a otros, es fundamental que usted se encuentre bien.

Le invitamos a estar atento ante los siguientes signos de estrés

• A nivel corporal y conductual

Sentir fatiga, pérdida o aumento de apetito, saltarse horarios de alimentación, dificultades en el sueño, dolores corporales, aumento de la presión arterial, resfríos e infecciones reiteradas, disminución del deseo sexual, tendencia a aislarse, mayor necesidad de fumar y/o consumir alcohol, o comenzar a automedicarse para disminuir malestares.

• A nivel emocional

Sentimientos de desamparo, estar sobrepasado, sentirse más sensible, irritabilidad, vulnerabilidad, incapacidad de enfrentar o continuar las labores diarias, sensación de sobresalto, cambios de ánimo, pasar de una emoción a otra rápidamente, disminución de la motivación, angustia, llanto frecuente y menos controlable.

• A nivel cognitivo

Confusión, dificultad para tomar decisiones o resolver problemas, problemas de concentración y/o atención, vacíos de memoria o recuerdos frecuentes de situaciones dolorosas, desesperanza, enlentecimiento del pensamiento.

Realice actividades que alivian el estrés

• Caminatas breves, recreos y/o tener pausas saludables en el trabajo.
• Comer lento y degustando. Hidrátese regularmente con agua, de forma preferente, evitando el consumo de cafeína, alcohol y bebidas energéticas.
• Si se siente cansado y necesita tiempo para hacer un alto, tómeselo.
• Descanse y duerma lo suficiente.
• Dedique tiempo para estar con la familia y amistades. Sea receptivo si ellos le señalan sugerencias sobre su salud y bienestar.
• Trate de lograr un balance entre las demandas del trabajo en la emergencia y las necesidades de la propia familia.
• Participe en actividades sociales y recreativas.
• No dude en pedir ayuda o consejo.

Recomendaciones para la atención de personas afectadas

• Asegurar que la persona esté fuera de peligro.
• Transmitir calma, seguridad y confianza.
• Escuchar con atención su relato y brindar espacio para que se desahogue.
• No realizar juicios ni críticas.
• Explicar que hay respuestas normales ante emergencias y desastres, como rabia, alteraciones del sueño o apetito.
• Señalar que las personas tienen distintas reacciones en estos momentos, sobre todo las primeras semanas.
• Consultar sobre rutina diaria, como horas de sueño, alimentación y actividades.
• Ayudar que las personas afectadas prioricen su accionar.
• Evaluar si la persona ha mantenido sus controles de salud mental, en casos de tratamientos previos.
• Preguntar si la persona está apoyada por sus redes sociales cercanas, para fortalecer contención.
• Consultar si hay familiares afectados que requieran algún tipo de ayuda.
• Evaluar otras áreas afectadas, como vivienda o fuente laboral, para conectar a la persona con instituciones que están prestando colaboración.
• Incentivar que la persona pueda participar en la organización o reconstrucción de su barrio o comunidad.

Para organizar una estrategia de atención en crisis, se requiere tener presente

En los equipos de salud

• Evaluar regularmente las condiciones de salud y estabilidad emocional.
• Consultar sobre las condiciones personales, familiares, de vivienda y servicios básicos, entre otros. Facilitar permisos según necesidad.
• Procurar un lugar físico de trabajo adecuado.
• Reorganizar funciones si existe una carga emocional importante y/o pocas horas de descanso de los funcionarios.
• Establecer momentos para la descompresión de los equipos.
• Reforzar positivamente las labores realizadas.
• Coordinar periódicamente equipos que intervienen en albergues, campamentos transitorios u otros.

En la comunidad

• Insertarse en las acciones locales y/o comunales que las autoridades estén desarrollando para favorecer la coordinación y el buen uso de los recursos humanos y materiales.
• Reorganizar espacios habituales de trabajo con el objeto de favorecer la cercanía con las personas más afectadas.
• Detectar necesidades especiales en la comunidad, que requieran atención inmediata de salud integral, con un equipo interdisciplinario, integrando agentes comunitarios.
• Realizar constantemente actividades de psicoeducación en protección de la salud física y mental.
• Favorecer la detección y derivación de casos de mayor complejidad a la red de especialidad.